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{{ParTLPwrapper-es|{{ParTLP|3.333}} | {{ParTLPwrapper-es|{{ParTLP|3.333}} Por eso una función no puede ser su propio argumento, porque el signo de la función ya contiene el arquetipo de su argumento y este no puede contenerse a sí mismo. | ||
Por eso una función no puede ser su propio argumento, porque el signo de la función ya contiene el arquetipo de su argumento y este no puede contenerse a sí mismo. | |||
Supongamos, por ejemplo, la función ''F'' (''fx'') pudiera ser su propio argumento; en ese caso habría entonces una proposición «''F'' (''F'' (''fx''))» y, en esta, la función externa ''F'' y la función interna ''F'' deberían tener distintos significados, por lo que la interna tiene la forma ''ϕ''(''fx''); la externa, la forma ''ψ''(''ϕ''(''fx'')). En conjunto es la letra «''F''», que, sin embargo, no señala nada, para las dos funciones. | Supongamos, por ejemplo, la función ''F'' (''fx'') pudiera ser su propio argumento; en ese caso habría entonces una proposición «''F'' (''F'' (''fx''))» y, en esta, la función externa ''F'' y la función interna ''F'' deberían tener distintos significados, por lo que la interna tiene la forma ''ϕ''(''fx''); la externa, la forma ''ψ''(''ϕ''(''fx'')). En conjunto es la letra «''F''», que, sin embargo, no señala nada, para las dos funciones. |